Divulgar entre «menudos» es bueno para la salud

Cuando hace años empecé a enseñar Ciencia a alumnos «menudos», nunca pensé que iba a recibir tanto a cambio de esos pequeños raticos que pasaba con ellos.

Nada más entrar a sus aulas ya les ves las caricas de ilusión, de alegría y de expectación. Ha llegado alguien que no es su profesor/a  y viene a ¡¡¡hablarles de Ciencia!!!

Empiezas a explicarles quién eres, y a apuntarles en su pizarra qué es ADCMurcia, que lo que vas a contarles es de un blog de un divulgador científico que se llama Dani Torregrosa, que su blog se llama «Ese punto azul pálido» y todos sacan su agenda, sin que nadie les diga nada, y van apuntando lo que aparece en la pizarra. Un lujo de auditorio, piensas para tu interior.

Comienzo a contarles quién es Plutón, Urano, Gea, Hellios, Thor, Ceres y como están relacionados con el plutonio, el uranio, el helio, el cerio, si es lo mismo aire que viento, pero la mañana continúa por los caminos que ellos van marcando y de pronto me veo explicándoles el Principio de Arquímedes, la fuerza centrípeta o la gravedad.

Primera sorpresa de la mañana, ¡¡estos alumnos tienen curiosidad!!, ¡¡preguntan!!, ¡¡le interesa lo que sucede a su alrededor!!,¡¡se preguntan el porqué de las cosas!! Son muy grandes a pesar de su pequeño tamaño.

Melli ¿por qué puedo levantar a mi padre dentro de la piscina y fuera no? ¿por qué siempre nos caemos cuando bajamos corriendo por una pendiente? ¿por qué no se queman las personas que pisan brasas? ¿por qué una peonza no se cae cuando está girando y si está quieta sí que se cae? ¿por qué no se derrumba la Torre de Pisa?

Estoy a punto de que se me salten las lágrimas. Esto promete. Este mundo tiene esperanza.

La hora transcurre y a una pregunta le sigue otra y otra y otra.

Aquí está nuestro futuro, ellos son nuestra esperanza.

Cada vez estoy más convencida. Hay que ir a los centros de enseñanza a hablarles de Ciencia, a colaborar con sus profesores.

Los profes tienen sus contenidos que dar, pero de vez en cuando algo distinto es como un soplo de aire fresco. Ellos hablan, ellos son los protagonistas, los menudos toman la palabra.

El que ellos pregunten sus porqués, el que se les explique esas cosas a su nivel, hace que se crezcan y que se sientan importantes.

Lo pienso desde hace mucho tiempo pero cada vez estoy más segura: a ellos les vendrá muy bien pero a mí me viene genial.

Así que he decidido compartir con todos vosotros esta maravillosa experiencia que llevo haciendo muchos años en mi centro de enseñanza y que este curso he ampliado a otros y comunicaros la conclusión a la que he llegado:

DIVULGAR CIENCIA ENTRE GENTE MENUDA ES BUENO PARA LA SALUD.

DOY FE.

Melli Toral (@MelliToral) es docente jubilada, divulgadora y autora del libro «Ocho cuentos en un matraz».

One Comment

    17 de enero de 2017

    Melli,
    Eres una de las mejores personas que conozco, eres tan buena que te parece normal lo que en realidad es una labor extraordinaria por esos menudos, por los niños hospitalizados, por todos nosotros.
    Gracias por existir, haces del mundo un lugar mucho más bonito.
    Te quiero,
    Laura

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