En los tiempos que corren es muy importante tener claro por qué la Ciencia es importante tanto para nosotros, en calidad de divulgadores científicos, como para los demás. Sin esta idea clarísima en mente, es imposible que podamos compartir con personas de nuestro entorno la idea sobre la importancia que tiene ésta en sus vidas.
Y para poder transmitir toda esta información es también indispensable utilizar una herramienta única y muy importante: la Comunicación Científica. Hoy precisamente, y a raíz de la última charla de Murcia divulga en los bares, vamos a hablar sobre este tema. ¿Tienes claro por qué la Ciencia es importante para ti en tu día a día? Y el valor de la Comunicación Científica, ¿lo conoces? ¿No? Bien, pues empecemos.
¿Qué es la Comunicación Científica?
Saber lo que es la comunicación científica es fundamental para conocer su valor. Tradicionalmente se ha considerado a la comunicación científica como un mecanismo necesario para la perpetuación de la ciencia. La ciencia que no se comunica, que no se transmite, no se puede considerar ciencia, en su definición más ortodoxa por que si algo se desconoce, no puede ser reproducido.
Este punto es importantísimo, pero llega mucho más lejos de lo que muchos científicos y amantes de la ciencia son capaces de ver. Siempre se ha tratado a la comunicación científica como una herramienta para transmitir correctamente la información entre la comunidad científica: un conjunto de normas, medios, procesos y técnicas para poder transmitir lo que se producen en los laboratorios a otros miembros de la casta científica.
«La Ciencia que no se transmite, no es Ciencia»
Pero eso ya se ha acabado. La comunicación científica ha vuelto la vista hacia otro objetivo, entornando los ojos y pensando para sí misma “voy a por ti”. Hablo por supuesto de la sociedad general, el enorme grupo de personas que no tiene de base una extensa formación científica. Ese es el nuevo objetivo de la comunicación científica. Por desgracia, este nuevo aspecto de la comunicación científica es todavía bastante nuevo, especialmente en España, donde lleva años asentando sus bases.
Hoy día podemos encontrar tres aspectos de una misma disciplina. Este concepto, que está muy claro en otros países en España nadie lo ve así de definido. Yo, particularmente me he tomado la libertad de querer acuñarlo correctamente. Podemos definir estas tres figuras fundamentales: la del periodista científico, la del divulgador y la del comunicador. Aunque estas tres figuras tienen como finalidad transmitir el conocimiento científico, su ámbito y objetivo no es siempre el mismo, aunque se solapen.
- El Divulgador científico tiene como origen, normalmente, la investigación y la docencia, y su objetivo es la sociedad, a la que trata de transmitir su conocimiento. Un detalle importante es que el divulgador no tiene por que tener su origen directamente en un ambiente directo o profesional. Puede ser un amante de la Ciencia que se forma de manera autodidacta. Ejemplos muy exitosos los podemos ver en Faraday o Wallace, por ejemplo.
- El Periodista científico, sin embargo, tiene como finalidad el transmitir lo que ocurre en el mundo de la ciencia a la sociedad por que su trabajo. Es decir, su origen es la empresa. Su papel fundamental es el de traducir a lenguaje mundano lo que otras figuras, de origen científico, no transmiten adecuadamente, informando y mejorando la comunicación entre los profesionales del mundo de la ciencia y el resto de la sociedad.
- El Comunicador científico, a su vez, tiene como origen el mundo institucional o de la empresa, y su objetivo es asimismo el mundo profesional de la Ciencia. Su papel es mucho más abierto que el de los otros dos, teniendo que lidiar con muy diversas tareas para poder transmitir la ciencia entre los científicos.
Además su lenguaje tampoco es el mismo, y desde luego no los son sus competencias las cuales pueden variar muchísimo. Eso no quita que en ocasiones, una misma persona represente varias de estas figuras, o que alguna de estas figuras tenga que entrar en el campo de las otras.
La importancia de la Ciencia
Así, con C mayúscula. ¿Acaso tienes claro por qué es importante? Normalmente dirías que es por que es la base del progreso, por cuestiones éticas o por que es lo que le da base a tu vida. Pero no, hay otras sencillas razones que dan respuesta a esta pregunta. Éstas podemos usarlas en beneficio (o en contra) de la Ciencia debido a sus origen meramente práctico. Por ejemplo:
La Ciencia es dinero
Money Talks. Tal vez sea triste pero es cierto. La Ciencia es un negocio que va desde los descubrimientos más pioneros hasta la moda más lúdica e irreverente. Entre medias podemos ver un enorme camino lleno de medias tintas donde cada uno hace lo que puede por conseguir dinero. La Ciencia está en el lenguaje, en las iniciativas, en la cultura, en la tecnología, en las aficiones, en el sexo, en la naturaleza… En cualquier parte. Y como siempre hay un espabilado detrás de alguna idea ingeniosa, no es difícil encontrar quién utiliza la ciencia para enriquecerse. Esto puede hacerse en dos sentidos, el de ofrecer algo nuevo y positivo, o el de engañar a la gente. Esto es algo que todos tenemos claro.
La Ciencia nos hace la vida más cómoda
Es el segundo paradigma de la vida moderna. Como decíamos, al ciencia está en todo. Si somos pillos e ingeniosos podemos ver que tras un razonamiento lógico y un conocimiento científico que no tiene por que estar muy allá, podremos emplear lo que sabemos en nuestro beneficio. Que no debemos mezclar lejía con amoníaco, por qué las fresas saben más dulces con el vinagre o por que morder algo fuertemente nos ayuda a pasar mejor el dolor. La ciencia está en los detalles y en los detalles está la comodidad.
La Ciencia nos hace libres
Es una realidad que hay que entender. Nadie que se crea al pie de la letra esta afirmación podrá decir que es libre. Todo lo contrario. La ciencia nos invita a preguntarnos cosas, a dudar. Si no nos cuestionamos nada en esta vida, terminaremos cayendo irremediablemente en las garras de alguien que quiere aprovecharse de nosotros. A veces está bien dejarse llevar, pero si esto es así, que sea por nuestra propia decisión. Desde nuestra privacidad en internet, hasta tomar zumo de naranja o no, pasando por la vilipendiada (y con razón) homeopatía, cada cual ha de decidir su camino y para ello debemos saber qué estamos eligiendo. Esta es la base del pensamiento crítico y el escepticismo.
Necesitamos la Ciencia para vivir
Desconocer cuestiones científicas básicas es, en algunos casos, sinónimo de morirse. Tal y como suena. Mezclar los productos químicos inadecuados, comer lo que no debemos o tocar algo que creemos seguro por ignorancia probablemente nos de algo más que un susto. Aunque vivimos una vida cómoda, normalmente exenta de peligros, tener algunas nociones básicas sobre la ciencia nos ayudarán a “despegar” a alguien que se está electrocutando, evitar un dramático accidente debido a unas setas venenosas o entender si un perro puede resultar peligroso y porqué.
«La Ciencia no es solo para frikis. Es un tema tan interesante como cualquier otro»
La Ciencia es un tema tan interesante como cualquier otro y sin embargo la gente sigue teniéndole miedo. La ciencia debería estar entre los temas de sobremesa o cuando nos reunimos los amigos, tanto como los deportes o los restaurantes. Porque, no nos engañemos, la Ciencia le importa a todo el mundo, y no es solo para un grupo de frikis. Y los primeros que deberíamos tenerlo claro somos precisamente los frikis amantes de la ciencia.
El verdadero valor de la Comunicación Científica
Teniendo en cuenta todo esto, si nos paramos a pensar, existe un punto fundamental en toda esta historia. Puede que parezca que a la mayoría de las personas les importa un carajo, pero cualquiera que se detenga un solo instante podrá entender que la comunicación científica tiene una capacidad asombrosa de influir en nuestras vidas. Y no de una manera vaga e indirecta, no. Hablamos de un nivel práctico y cotidiano. Algo que se puede ver y tocar.
Pongamos un ejemplo práctico: ¿sabíais que un artículo que es publicado en el periódico tiene normalmente un mayor número de citaciones? Esto, que tendría cierta lógica retorcida estaría bien si no añadiésemos que los periodistas suelen escoger antes los artículos de peor calidad que los más rigurosos. Al menos en medicina. Tal y como muestra una pequeña investigación, los artículos con temática similar más sencillos, que suelen estar asociados a un proceso menos riguroso de investigación pero una mayor facilidad para entenderlos o incluso traducirlos al lenguaje prosaico, suelen ser más queridos por los periodistas. A su vez, estos artículos son más citados en artículos científicos. Bastante más, de hecho.
El sistema de publicación científica supuestamente vela por la calidad de la Ciencia
¿No suena triste? Si el sistema de publicación científica se supone que vela por la calidad de una investigación, (vale, yo también me reía mientras escribía esta línea), ¿cómo puede ser que un simple periódico u otro tipo de publicación rompa con el criterio de un científico a la hora de buscar la información adecuada para darle contexto a su trabajo? Bueno, podriamos discutir mucho al respecto, pero lo más sencillo es decir que somos humanos. Y como primates homínidos estamos irremediablemente sujetos a esa necesidad de comunicarnos y que nos comuniquen cosas, con todas sus consecuencias.
Pero si esto no os convence, ¿qué tal este otro ejemplo? La homeopatía ahora se vende en las farmacias como un medicamento más. Independientemente de su efectividad (como placebo, eso sí) y de las cuestiones éticas que rodean estos productos, el caso es que estas pequeñas cápsulas de azúcar ahora se prescriben de una manera similar al resto de fármacos cuyos principios químicos activos sí pasan por un exhaustivo control. Esto tiene un efecto terrible y es que la gente da por hecho que si tu médico te lo receta, es por que tiene la misma validez que un medicamento.
Es la comunicación de la autoridad que no encuentra oposición por parte de la lógica o el raciocinio. La persona sin formación ni interés por la ciencia, sin pensamiento crítico, no es capaz de decidir si ese producto le conviene o no. La comunicación científica ha fallado terriblemente en esta ocasión, y es malversada por los interesados, entre ellos el propio gobiernos que ahora cobra un notable impuesto por los productos homeopáticos, para que su mensaje llegue y modifique a la sociedad. Y lo ha conseguido. El resultado de este estrepitoso fracaso es que ahora una persona normal se puede gastar en torno a los 7€ en un frasco de azucarillos pensando, creyendo saber, que es un medicamento. ¿No es triste?
Con respecto a este tema, ya muchísimos otros mucho más importante que la decisión en sí, es el proceso que nos lleva a tomarla. Un pensamiento crítico no es solo positivo, sino necesario. Alejándonos de las definiciones más ortodoxas, la ciencia no es una doctrina, ni tan si quiera un conjunto de hechos y técnicas. Es una palabra en la cual tratamos de englobar el pobre conocimiento que tenemos de todo lo que nos rodea y todo lo que somos. Un pequeño intento por sentirnos menos insignificantes durante la duración de nuestra existencia.
Nos preguntamos de nuevo: ¿qué es entonces la Comunicación Científica? No es más que una herramienta para poder compartir todos los frutos de ese intento. Y es una herramienta muy poderosa debido esencialmente a nuestra naturaleza social. Así que no debemos subestimar su capacidad de cambiar nuestra vida, sea para bien o para mal. Es más, ahora que lo tenemos claro, lo mejor es adelantarse y darle el carácter positivo que debería tener. Esta es la única manera de que la Ciencia llegue a todas partes de la manera adecuada. La pregunta, entonces, pasa irremediablemente por otro camino: ¿Cómo lo hacemos?. Ésta, sin embargo, es una pregunta que responderemos otro día.
Aquí os dejo la presentación en PDF por si queréis descargarla.
Santiago Campillo Brocal es biólogo, periodista científico y autor del blog «Caramelos sabor Ciencia»
Buen artículo. Muchas ideas.
No tengo tan clara la distinción entre unas figuras y otras para la comunicación científica pero eso es de menor importancia.
El mayor problema que le veo a la comunicación de la ciencia a la sociedad en general es que los que la comunican, en la mayoría de los casos y sean del grupo que sean según tu esquema, no tienen claro a quién le están contando las cosas y a quién quieren llegar.
Lo se porque yo soy ese público y me desespero. Por cada divulgador /comunicador bueno y que consigue adaptar su mensaje y hacer que llegue la información necesaria (que como he dicho mil veces no tiene que ser TODA la información) hay muchos que no saben lo que quieren contarme o quierne contarmelo todo o me tratan como si yo fuera un igual en conocimientos o una idiota integral.
No digo que sea todo el mundo ni mucho menos, que conste. Digo que desde mi punto de vista de público objeto de la comunicación científica creo que falta por parte del emisor de la información primero ponerse en el lugar del público y segundo conocer el medio por el que está comunicando. No es lo mismo un post en un blog o un documental o una participación en un programa de televisión que un paper en una revista científica o en un blog superespecializado.
Una cosa más. La ciencia es importante por todo lo que has comentado y también por el simple hecho de ampliar tu conocimiento, de aprender a pensar y a ver las cosas. Igual que si conoces historia, arte o literatura….es importante simplemente por el placer de saber y conocer.
No me extiendo más. Me ha gustado el artículo.
Muchas gracias Molinos!
Con respecto a lo que comentas yo creo que sí es importante hacer una buena distinción entre las figuras dentro de la comunicación científica. No es una cuestión meramente semántica, como en este país tendemos a calificar. Es precisamente el hecho de no tener un concepto claro de cada cual lo que impide que sepamos 1) qué podemos exigirle a cada uno 2) cuál es la finalidad de cada uno.
Desde los 70 vienen acuñándose unos términos que ha ido evolucionando. Hoy día muchos confunden divulgador con periodista, y ambos fallan en su tarea de llevar el mensaje a la sociedad, como bien dices. Pero es que la finalidad del divulgador no tiene por que ser la Sociedad no científica. Recordemos que la comunidad científica también es parte de la Sociedad. Sin embargo, el periodista sí que debe traducir ese conocimiento para que cualquiera pueda entenderlo.
Aquí precisamente es donde veo que pones la fuerza de lo que argumentas, y estoy muy de acuerdo contigo ya que el formato de la información y el mensaje no siempre se transmiten como deberían, y el público objeto de la comunicación científica se siente perdido y frustrado. Pero muchas también es culpa del público que no sabe a qué se está enfrentando.
En la lucha por una buena cultura científica todos estamos mano a mano. Ah! Sobre lo que comentas de la importancia de la ciencia, ¡por supuesto! Pero ese argumento es válido para los que amamos la ciencia desde su conocimiento y este artículo tenía intención de presentar la otra cara, menos… bonita pero más práctica.
Muchas gracias por tu comentario y extiéndete todo lo que quieras. Cuanto mas debate mejor, que además así estaba previsto cuando decidí escribir el artículo.
Ya estoy aqui otra vez.
Una puntualización para empezar, yo no he dicho que no sea importante hacer una distinción entre las distintas figuras que pueden comunicar la ciencia, lo que no me queda tan claro o no se si estoy de acuerdo es con tu clasificación de ellas.
Periodista científico. Un periodista científico ¿qué tiene que hacer? Obviamente comunicar a la sociedad las noticias o hechos más relevantes sobre ciencia haciéndolo con un lenguaje accesible pero sin que el hecho de traducir a terminología más accesible esos hechos científicos merme la calidad ni la veracidad de la información. Bien, pero un periodista científico no es igual en un periódico de tirada nacional que en una revista especializada o que en un portal especializado en ciencia. Y por supuesto un periodista científico en televisión es otra cosa.
Los divulgadores científicos lo pueden ser de muchos niveles. Hice un post sobre esto hace tiempo explicándolo a través de tallas. Se puede ser divulgador de talla XXL y sólo dedicarte a divulgar ciencia entre público superexperto (como bien explicas tú cuando dices que un divulgador puede ser exclusivo para la sociedad científica)…y puede ser buenisimo en eso pero no servir para una talla M por ejemplo que sería dónde me incluiría yo y muchos licenciados universitarios llamémosles «de letras». El problema fundamental viene ( y conozco muchos casos)cuando ese divulgador especializado en la sociedad científica decide hacer divulgación para talla M simplemente recortando cuatro cosas de su speech, post o lo que sea para superexpertos. ¿Qué ocurre entonces? No encuentra la repercusión que busca y entonces empieza el lamento de «la sociedad es idiota». Yo no voy a negar que la sociedad sea idiota, pero si tu modelo para cambiarla es darle a esa sociedad idiota algo que no entiende…vamos listos.
Para ti lo importante son las figuras o le das más importancia. Para mi lo más importante es saber a quien te diriges y para qué.
Creo que el periodismo científico (igual que el cultural) debería tener como función mantener en la primera línea del interés de la sociedad la ciencia, la historia, la cultura. Y eso es un trabajo diario, no puede ser que se llene la prensa de noticias sobre el Bosón que al fin y al cabo es un superdescubrimiento pero hay que tener un nivel de conocimiento increíble para llegar minimamente a entenderlo y luego haya meses de sequía informativa. La información debe ser continua, que caiga todos los días como un «sirimiri de ciencia» (hay un artículo de Igor Campillo con este título por ahi) y no la tormenta brutal en dos días y luego nada. Pasa exactamente igual con el arte, este año es el de El Greco y luego años de olvido total del arte….así no hay manera de educar una sociedad.
Y otra cosa más, si eres un buen divulgador y un buen comunicador serás capaz de transmitir la información de manera comprensible para cualquiera o serás capaz de que cualquier buen periodista pueda expresarla por escrito. Y de esto hay muchos ejemplos…aquí en vuestra asociación para empezar.
Gracias.
Es que no creo que puedas pedirle a los periodistas que hablen de ciencia todos los días. Al fin y al cabo, el periodista cuenta la actualidad y si desde las propias instituciones cientificas no dan más noticias (lo cual me parece bien, las noticias se deben de dar cuando se tienen) no se le puede pedir al periodista que cuente lo que no ha sucedido. Para contar cosas fuera de ese contexto de «actualidad» está la figura del divulgador científico, que puede en cualquier momento hablar de lo que quiera.
Estoy totalmente de acuerdo en que es el divulgador, periodista o comunicador el que debe de adaptarse a su público, aunque has de tener presente que a veces el público es tan dispar que es imposible que alguien no se sienta tonto (o bien porque no sabe de lo que habla o bien porque sabe pero el nivel es muy bajo).
Divulgar (Y sus variantes) es más un arte que una ciencia 😛 xDD
PD: El que es un experto en meter dobles y triples sentidos de lectura es Woody Allen. Cualquier persona puede ver una peli de Woody Allen y entretenerse, pero el que además tiene cierta cultura y pilla los detalles sencillamente alucina.
David, qué buen ejemplo el de Woody…aunque no es para cualquier persona…pero me ha molado el ejemplo.
[…] ¿Yque @#$%& me importa a mí la Ciencia? […]
Al ver el gráfico de conjuntos, me surge una duda: qué comunicador estaría en la intersección de Sociedad, Empresa, Investigación y Docencia?.
Estoy totalmente de acuerdo, y Sagan seguro que también de hecho se podría decir que fue el primero en entender esto y llevarlo a la práctica sobretodo con Cosmos y otra cosa importante también, que el mismo Sagan también dijo es lo de llevar la Ciencia a la política, que por cierto, estoy haciendo un partido político y tengo eso muy muy claro, al igual que la divulgación.
Muy bueno el artículo, y gracias por aportar también tu granito de arena.
[…] cuestión, precisamente, surgió en la celebración de una de las charlas de ADC Murcia, hace un tiempo cuando a uno de los asistentes se le ocurrió hacer una pregunta que derivó […]
[…] Aparte de lo que hacemos en El mundo real (TM) no hemos dejado de lado la presencia en Internet con post de socios, en nuestra web, como Laura Morrón, Juana Mª Madrid y Margarita Tortosa, Carlos Romá-Mateo, José Miguel Mulet y Santiago Campillo […]
Es d mucha ayuda el articulo para reflexionar sobre la divulgacion de la ciencia, Con los aportes que lo han hecho con mucha claridad, en mis futuros eventos sera diferente a a las anteriores donde el publico no entendia lo que trataba de transmitir. Felicito a los aportes muy necesarios para una comunicacion clara.
Saludos
[…] También expliqué el trío comunicación, divulgación y periodismo tiempo atrás, en "¿Y qué @#$%& me importa a mí la Ciencia?", una charla para ADC Murcia. En definitiva, divulgación es una palabra muy amplia, pero a la vez […]
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